Iván

-¿Estas que tal ponen?
-¡Prueba y calla, luego me cuentas!
Pocos minutos después de comerme una de esas Mitsubishis empecé a bailar como un loco, no podía parar. El Tiras y la Andreita reían y se movían desquiciadamente a mi lado mientras fumaban y me pasaban su porro. La gente gritaba al unísono una canción que sonaba en la discoteca "Boom-Fly", una sencilla y absurda melodía. Desgañitándonos, yo y mi subidón nos unimos al cántico.
La noche se presentaba realmente especial; el día anterior había cobrado la paga extra. Con dinero en el bolsillo, harto de mi trabajo y de mi poco tiempo libre, solo quería desahogarme sin pensar en nada, necesitaba evadirme de la realidad, vivir en un mundo a parte.
-¡Tiras, hazme una raya de esas buenas!
La noche huía y con los primeros rayos del sol yo no era capaz de prestar atención a lo que me rodeaba. Fue una noche muy loca en la que mezclé como en las otras épocas, cuando era más joven. Me metí de todo por la nariz, fumé marihuana y comí pastillas y tripis sin parar. Me sentía realmente bien y superior a cualquiera que me rodeara.

A pesar de esa noche de infarto, en la que El Tiras y la Andreita me tuvieron que acercar en su coche a casa, yo soy una persona normal y corriente.
Me llamo Iván y tengo veintiséis años. Llevo bastante tiempo trabajando para una empresa de seguros en la que no me pagan mal, pero claro, trabajando diez horas diarias. Me gusta divertirme con mis amigos jugando al fútbol, saliendo de fiesta y tomando cervezas en el "Bar del Peque".

Esa mañana me levanté totalmente colocado. Los efectos se mantenían y todavía estaba flipándolo.
-Pues si que me tuve que meter mierda anoche...- Pensaba mientras lo veía todo desde una perspectiva de pájaro.
-¡Dios!- Exclamé.
Estaba sufriendo alucinaciones agudas.
-¡Que pasada!- Gritaba en alto.
Colocado en lo alto de mi pueblo veía los parques, las casas, la gente paseando… Estaba flotando en el aire, me sentía relajado y feliz.
A mi derecha, sin mucho sentido, aparecieron unos prismáticos de color morado que utilicé sin pensarlo. Me puse a observar con más detalle la vista tan particular desde esa perspectiva:
Un perro y un niño jugaban, una mujer barría la puerta de su casa, el tío Merlo salía del bar tambaleándose, un viejo a la sombra comía una mandarina....
Cerca del polideportivo pude observar que había muchedumbre. Configuré los prismáticos y llevé la vista hacia ese lugar. La masa de gente pasó de largo el polideportivo por lo que deduje que no iban a ningún evento deportivo.
Mi vista les siguió. Iban por el Paseo de los Cipreses a un ritmo lento. Allí estaban todos mis amigos, mis amigas, mis familiares....todos lloraban..... ¿Pero donde iban todos?
Con mis primeras lágrimas, los paraguas de todos ellos ocultaron sus tristes rostros.